14 enero 2008

Josué Ramírez














mencionado por
Rodrigo Castillo

menciona a
Alfonso D’Aquino
Julio Hubard
Jorge Fernández Granados
Mónica Nepote
Dolores Dorantes
Mónica de la Torre
Ernesto Lumbreras
Julio Trujillo
Hernán Bravo Varela
Julián Herbert
Rodrigo Castillo
Luis Felipe Dávalos
Zazil Alaide Collins



bio-bibliografía

Josué Ramírez (Ciudad de México, 1963). Ha colaborado en diferentes publicaciones, desde 1984 hasta la fecha, con reseñas, notas, entrevistas y ensayos sobre la situación de la poesía actual en México. En los años 90 en dos ocasiones obtuvo la beca del FONCA en el programa Jóvenes Creadores y de 2000 a 2006 formó parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Ha sido secretario de redacción (Textual, Viceversa), editor (Luna Córnea, Saber Ver y La Gaceta del Fondo de Cultura Económica) y productor de revistas (Letras Libres y Tierra Adentro) y fondos editoriales. Fundó y dirigió Ditoria de 1995 a 2001, donde fue titular de la edición bilingüe Poemas / Poems de Gerardo Deniz, para obtener la beca USA/México otorgada por la Fundación Rockefeler y el CONACULTA. Poemas suyos aparecen en dos antologías: El turno y la transición, de Julio Ortega y Reversible monuments, de Mónica de la Torre y Michael Wiegers; y realizó la selección de los ensayos que componen Entre la poesía y el conocimiento: antología de ensayos críticos sobre poetas y poesía iberoamericanos, de Ramón Xirau. Tiene publicados los libros de poesía Dirección inversa (1987), Rumor de arena (1991), Hoyos negros (1994), Imanes (1995, libro objeto), Tepozán (1996), Muda de raíces (1998), Los párpados narcóticos (1999), Ulises trivial (2000), A ver/ Cuaderno antes de la guerra (2004), lucas@rompecabezas.com.mx (2007, libro objeto).




poética

Entre cantar y contar reside, desde que empecé a escribir poemas, la mayor de mis intenciones. En los poemas que abajo se leen busqué hacer de la anécdota la tensión narrativa y de ésta el canto. Si la acción es ritmo no debe de extrañar a nadie que en un poema se cuente una historia y que al contar una historia se recite un poema. No creo que la poesía esté más allá de la literatura ni la literatura de la vida, las cuales se conforman de historias. Así, escribir poemas es cuestión de oficio más que de inspiración y saber que lo dicho ahí se origina en uno. De modo que al plagiar a autores antiguos, modernos o contemporáneos, les rindo homenaje. Los poemas, para mí, cuando lo son de verdad, aportan y enriquecen el presente de una tradición lingüística cuya naturaleza es el cambio. Leer el presente y trascribirlo, consciente de los recursos expresivos de los que uno se vale, es ante todo cuestión de actitud, no de voluntad ni de deseo. Lo demás es silencio.



poemas

POR CIERTAS CALLES MEDIO DESIERTAS
Palabras que se borran

La Maga viaja a París

Mientras tú ibas en un avión a París, yo recorrí
:: las calles en las que nos perdimos.
Vestido con mi saco pálido, pensé si pasaríamos
:::::por ahí de nuevo juntos.
Recordé la noche que nos encontramos en el mitin:
:::::sombreros y paraguas y la multitud mojada,
las luces de la Catedral entre tonalidades del gris
:::: metálico al violeta diluido.
Los indios campesinos zapatistas habían llegado
:::::al Zócalo, y resoplaba en la plancha su peso
:::::el vapor de sus cuerpos.
¿Qué buscaba yo ahí? Acaso ser testigo presencial
:::::de una mentira verdadera,
:::::convertida en espejo de una razón
en la cual no sé pensar sino como en una rueda siempre
:::::diferente en su parte idéntica.
¿Ser otro? ¿Ser el otro? Esa era mi ingenua pretensión
:::::de hacer poesía,
:::::de fingir que siento,
de asomarme al interior de cierta hora en la que me veo
:::::encogido de hombros,
:::::consultando un directorio de teléfonos
―que he olvidado borrar―, dadas las circunstancias del
:::::lugar común
:::::donde se enrarece la existencia.

Fue entonces que nos vimos y en ese momento la onda
::::::de la satisfacción hizo
::::::de aquella coincidencia
una cita con la obediencia confusa del amor, traducido
::::::en emociones inútiles,
::::::ajenas a la causa,
a los rumores que empezaban a recorrer la plaza, a los
::::::rasgos señalados
::::::de un destino indeciso.
Ni en tu rostro o el mío la sorpresa dibujó la sonrisa
::::::favorable, pues ambos
::::::sabíamos que aquello que pasaba entre la gente,
no era el fantasma de las utopías sino la vertiginosa
::::::escala del desamparo.
No supe decir nada sobre esa corteza histórica en la cual
::::::ensayan sus malabarismos
::::::los astutos.
¿Cómo podría ser de otra manera lo mismo? Nos resultó
::::::increíble lo de siempre.
El mundo, la vida, no sé, esa materia pegajosa, olfativa,
::::::que escuchamos a veces
::::::como una voz hipnótica entre visiones gustativas.

Se dispersaron como las nubes los manifestantes.
::::::¿Hacia a dónde?
::::::Sin darnos cuenta,
la realidad volvía a reflejar sobre los charcos los
::::::indicios de su apariencia.

Adapté a mis palabras un poema que incita a equivocarnos
::::::de otras maneras.
::::::Pero tú no reíste,
ni yo supe ver con ironía aquellos daños, donde
::::::la inteligencia muestra
::::::su estupidez rocosa.

De pronto, entre los dedos de tu mano izquierda, los de mi
::::::mano derecha se enlazaban
::::::inevitablemente.
Así llegamos a esa mesa y bebimos brindando porque la
::::::soledad es colectiva cuando
salpica intimidad, ajena al cálculo caprichoso del truco
―que busca trocar en nostalgia la memoria del agua
::::::enfrentada al miedo.
Ya borrachos,
te hablé de las identidades sustitutivas de los pronombres
::::::y el afán inocuo
de las diferencias.
Cuando tú, Maga, enfocabas la lente de tus preguntas,
::::::retratando el rostro presente
::::::de los siglos.

Habrás llegado a París de madrugada, en el momento que al
::::::volver el día siguiente
::::::al centro yo vi en la plaza la plaza.



Xochipilli y Xochiquetzal en la cantina El Nivel

Una pareja ciberpunk bebiendo cerveza llenaba un crucigrama
:::::: poliédrico,
:::::::en el gabinete que está antes del baño. ¿Recuerdas sus
:::::::ropas? ¿sus caras?
Él con el rostro rojizo, ella con el pelo emplumado. Parecían
:::::::obstinados, hoscos
:::::::a la conversación sobre las manecillas de la existencia
:::::::arrojada al olvido diferencial de los semejantes.
Pero muy pronto la parásita membrana de los prejuicios se
:::::::rompió dejándonos vernos
:::::::con ellos en los ojos.


De vecinos de mesa pasamos a ser dos parejas pares
:::::::departiendo un viernes
:::::::con lluvia inclemente.
(En la noche extrañezas de la primera persona del plural,
:::::::designación de pinceladas,
:::::::deshacen las vicisitudes de las que aprendemos los
:::::::conjuntivos instantes de una misma pregunta.)


Recuerdo paredes repletas de cuadros; dibujos de desnudos
:::::::de mujeres mexicanas,
:::::::grabados donde ríe la calavera de Posada,
imitada con locuacidad el ágil prefacio a la subordinación
:::::::extravagante.
Al escuchar sus nombres nos quedamos perplejos. Recuerdo
:::::::que al oído me dijiste
::::::“Escucha los tambores”.
No era aquella una metáfora sino un ritmo perdido entre
::::::ruidos de tránsito, lluvia,
::::::voces inaccesibles, arremolinándose al dejarnos ir.
Sin escapar de las emisiones separadas los sonidos después
::::::mezclados en las cintas
::::::magnéticas de nuestros caracoles
fueron las identidades secretas que descifran sus diferencias
::::::triviales.


Como tú yo no supe cómo fue que surgió la idea o ni siquiera
::::::si hubo propósito
::::::sino que solo se dio
aquello de irnos adentrando en la noche hasta las orillas
::::::de la madrugada.


Xochipilli jugó con el lenguaje, armó palabras: “En polipoéticos
::::::callejones
::::::no calles con cal que callecer encalletra calveros”.


De la risa pasamos a examinar de cerca sus diversos tatuajes.
::::::En ambos una fiesta
::::::de flores adornaba sus cuerpos.
Suyo era el arte de las perforaciones, de las auténticas promesas
::::::imborrables.
::::::Los miramos besarse,
intermitentemente, mientras nos narraban el significado
::::::de sus anécdotas
::::::inscritas con colores encarnados de los dedos al rostro.
Cada tatuaje era una forma concreta de enfrentar el olvido,
::::::de fijar en la piel la geografía de los momentos.


Tu ingenuidad manifiesta y la mía callada, te llevaron a
::::::preguntarles: “¿No
::::::les duele?”
Xochiquetzal respondió con una carcajada y nos dijo: “¡Salud!
::::::Porque el cuerpo es el mapa que extendemos a diario
sobre la mesa de este mundo!” Estuve anonadado. Al chocar
::::::las puntas
::::::de las botellas color ámbar Xochipilli improvisó
un soneto titulado Lilu:

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::Lilu
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::liebre en libro lunar, libre
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::libélula lumínica
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::o luz luciferina, lumen.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::Lilu
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::libar con ti
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::lugares líquidos

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::que no lamina limo.
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::Lilu
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::sílaba de raíz libérrima
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::y lúdica, ligada,
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::Lilu,
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::al limítrofe limbo
::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::del lis lirondo de mi lira lírica.


Desde el lado opuesto de las apariencias, vimos en aquella
::::::pareja, sus nombres
::::::de pila.
Caminamos los cuatro por Donceles y has de recordar
::::::el adoquín y en el adoquín
::::::los charcos y esos deshechos del comercio en la calle,
las negras cortinas de metal, las rejas del metro,
::::::las calaveras encendidas de los autos
::::::que nos rebasaban ―provocando el sonido del agua
::::::que se rompe.


Cigarro tras cigarro, como quien repasa los abecedarios
::::::repartidos en el follaje
::::::del cuerpo,
fuimos seres de humo, objetos en soledad urbana,
::::::enjambre ferruginoso.


De cuando en paso nos miramos y parecíamos desear
::::::una señal, un gesto, un ademán,
::::::una palabra
que nos hiciese detener la inercia, la mecánica secreta
::::::de las noches sórdidas donde
::::::se extravía el alma. Era inútil.
Lo porvenir estuvo peliagudo como el desciframiento
::::::de una página hermética.
::::::Llegamos a la plaza Garibaldi
y ellos se sentaron a vernos bailar, asidos de las manos,
::::::circundándonos.


Ráfagas de luz entrecruzándose, la imperiosa trompeta,
::::::el hombre de camisa
::::::hawaiana y pantalones blancos,
luego otra vez la calle hasta el burlesque, las mujeres
::::::que ahí se desnudaron
::::::y los hombres tocándolas.
La sonrisa sin vergüenza fue nuestro ardor cómplice,
::::::la mancha significativa
::::::del pecado barroco.
―Eslabones de imágenes apretadas y sonidos obtusos
::::::son ahora la espuma
::::::que sus burbujas estalla.
Al ascender las escaleras de aquel edificio casi en ruinas,
::::::recordé que el temor detiene y lo dejé pasar.


Vimos dos evas venusianas rodeadas de largos epazotes,
::::::un foco parpadeante coronando una serpiente
―signos vinosos en paredes verduscas― dejándonos
::::::boquiabiertos
::::::en medio de espesor maloliente.
Xochiquetzal se tendió sobre un fardo gris al pie de una
::::::ventana sin vidrios
::::::y se desanudó las botas.
Hubo en sus ojos otro brillo, después de que por un rato
::::::mantuvo la frente pegada
::::::a las rodillas.
Xochipilli programaba, con walkman puesto, el aparato,
::::::mientras nos indicó con la cabeza a donde sentarnos.


Al sentir en mis dedos los tuyos supe que tuviste
::::::miedo y con un apretón fingí
::::::estar seguro.
Fuiste la Bruja Cósmica en el amanecer sombrío,
::::::bailando descalza con una cerveza
::::::en la mano,
frente a una brigada de barrenderos que detuvieron
::::::los rumores rasantes para aplaudir tus pasos.

17 comentarios:

o dijo...

Josué, qué bueno leerlo. Oiga, quiero invitarlo a muchas cosas. ¿a dónde le llamo o le escribo?
mi email ya lo sabe doloresdorantes@hotmail.com

Anónimo dijo...

Qué gusto saber que ha leído estos dos poemas. Y ¿para qué soy bueno? Me apunto desde luego. La dirección electrónica es ulisestrivial2001@yahoo.com.mx Un saludo abrazador y también un recuerdo caminero con libro de bolsillo abierto con el pulgar a la altura del pecho.
JR

Ana Corvera dijo...

me gustaron sus cantos cuentos Josué, un saludo

Anónimo dijo...

Gracias. Siempre gratifica saber que lo que uno lee alguien lo lee. Más si llega a convences el gusto. También va un saludo.
JR

Anónimo dijo...

Vaya, el amiguismo una vez más en este blog, no es de extrañarse ya, claro: el coordinador del blog menciona a su compañero de trabajo, y el productor de la revista donde trabajan le regresa el favor.

Por si todo lo anterior no fuera poco, Rodrigo Castillo utiliza los medios que tiene a su alcance en Tierra adentro para hacerse promoción y es así como pronto lo veremos leyendo su obra en mesas organizadas por Tierra adentro en la feria del Libro de Minería y de seguro en otras más próximamente. Eso, estoy casi segura, no les está permitido a los servidores públicos y por lo tanto es un delito.

Rodrigo Castillo dijo...

Por si no lo sabe el anónimo de las 5:50 pm, este blog es de "amiguismos" (¿algo le sonará Elecciones afectivas?), ¿qué tanta queja?, además se le nota la ignorancia de inmediato, ¿en qué nos damos cuenta? en que he participado, por lo menos, 6 ocasiones en 6 distintos años en la Feria del libro de Minería sin haber pisado antes Tierra Adentro, saludos

Anónimo dijo...

Pregunta del millón para la anónima: ¿qué es lo que es ilegal?, ¿trabajar en el consejo nacional para la cultura y las artes? ¿leer en una feria?, ¿mencionar poetas trabajando en una institución?, ¿tener trabajo y además, tener amigos poetas o peor aún quererlos, (¡¡¡aberración de la aberración!!!). Me parece, mi querida anónima, que detrás de tu dedito seudoflamígero suena una música de fondo similar a muchos anónimos que visitan estas páginas: resentimiento, envidia y falta de talento. Mejor, linda, váyase al diván, hable con su terapeuta de confianza y maneje tooooda esa mala energía; lea más libros y menos programas de mano de las ferias. Lea mucho, escriba sus poemas, si le echa ganas en una de esas y hasta le salen bien y así podrá tener sus versos para leer en la feria del libro sea la princesa del palacio de minería,

Julian Sorell

Anónimo dijo...

...da risa saber que quien dice "me gusta esto" o "esto no me guasta" se vea como amigo lambiscon. Rodrigo, organizador de este blogger escribe y es reconocido por su talento, pero eso está supeditado a la coincidencia, feliz y afortunada, de trabajar (léase: ganarse la vida) en Tierra Adentro. Entre amigos nos leemos, pero no nos halagamos. A quien le molesta está ahí, en ese estado emocional que ya se señala. Yo no niego aquí ni en sobremesa alguna mi admiración por lo que escribe Rodrigo y a él, vaya, también le gusta el resultado de mi trabajo. Por lo que se me ocurre un juego de guerra de talento. La anónima o los con nombre que quieran entrarle: escribamos poemas por segundo, por minuto, por cuarto de hora o por hora y subsecuante. Al aparo del plagio o de la copia o de lo que sea, talento prestado, por ejemplo. Lo hagamos en proyeccción directa, el massenger, y veamos de que teclado sale más verso. Yo creo y pienso que una amistad la fortalece la admiración y que la envidia es una emoción vergonzoza. Hay que tener algo que decir o mejor callarse. Yo, pecador, me confieso a Dios.
JR

Anónimo dijo...

Siempre he dicho que la poesia es un poco del alma del poeta y otro poco de la situacion y los lugares.

Me gusto, siempre la poesia embellece.

feligrés dijo...

Josué, un placer verte acá publicado. Tú sabes cuánto te quiero, sin sonar cursi o pretensioso. Conozco bien los poemas y los leí con ahínco, fue un momento de gozo profundo.

Esa chica anónima en la rencilla ignorante: no te juzgo, sólo apunto que tu veneno te rebasa: enfréntate al espejo, mejor.

Anónimo dijo...

josué, eres el más grande poeta que he leído, el más grande funcionario! todo lo haces bien, carajo! a ver cuando vienes a la casa y te tomas un drink con nosotros, desde hace mucho no sabemos de ti, mi tía chelo dice que está también orgullosa de tener un sobrino como tú. primo, eres grande!
julio ramírez

Anónimo dijo...

Que tal Josué... es bueno saber de ti a través de tus letras... "no era el fantasma de las utopías sino la vertiginosa escala del desamparo", eso definitivamente merece una discusión amplia... "Xochipilli y Xochiquetzal..." una clara muestra de tu escritura: la capacidad de evocar experiencias agenas que de alguna manera siempre parecen propias...
Saludos y un gusto leerte de nuevo... Julio Horta

Anónimo dijo...

Lo siento... quería escribir "ajenas", no "agenas"... por supuesto, hasta los comentarios requieren tiempo...
Julio Horta

Unknown dijo...

y, entonces, ¿qué tal Nocaut? Abrazo

Linda dijo...

Hola Sr Josue, quizas no me recuerde soy Linda, si la chica que trabaja con Cecilia Velazquez... Me dio mucho gusto poder leer una vez más lo que usted escribe. Ojala pudiera tener contacto de nuevo con usted.mi correo es ofli2010@hotmail.com. SALUDOS!!!

Herbert Schneider dijo...

Hola Josué,
mano, no te he olvidado por todos los 14 anos. La vida no nos ha dejado regresar, aunque siempre queriamos! Ahora ya es la hora: legarémos a México en el 30 de junio. Estás en el D.F.?
Queremos verlos sea como sea
Un abrazo
Herbert(y Daniela)
info@herr-bert.com

Anónimo dijo...

HOLA JOSUE, ES GRATO SABER DE TI DESPUES DE MUCHISIMO TIEMPO, TAMBIEN QUE ALCANZASTE TUS SUEÑOS. TE RECUERDO CON CARIÑO, SALUDOS