04 noviembre 2008

Iliana Vargas

















mencionada por
Omar Soto

menciona a
Francisco Hernández
Eduardo Oláiz
Regina Swain
Iván Cruz Osorio
Daniel Bencomo
Tanya de Fonz
Aldo Alba


bio-bibliografía





Iliana Vargas (Ciudad de México, 1978).Estudió letras hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Coordinó el Encuentro Multidisciplinario en Torno a lo Fantástico en enero de 2001. Coeditó el fanzine Caligari. Ha colaborado en las revistas Asfáltica, Fatal Espejo y Transformación. Actualmente escribe reseñas para la página de literatura del INBA. Edita el Diccionario de Escritores Mexicanos del siglo XX. Su trabajo se encuentra antologado en Antes que las letras se conviertan en arañas (selección de Edgar Omar Avilés), IMC, 2006; Segunda Palabra (selección de Alberto Ramír y Alejandro Torres), Editorial Épica, 2006 y Hasta agotar la existencia III (selección de Aldo Alba), Editorial Resistencia, 2007.




poética




poemas


Palabra encarnada

Adueñarse del espacio desfigurando cada línea paralela
para ocuparla con mi rostro,
y en cada meridiano dejar sólo las huellas de mis manos
húmedas de tanto asirse la una a la otra.

Vaciar en cada milímetro de tierra
lo rojo rojo de la sangre madura,
la sangre que destiñe la palabra
al nacer.

Despertar mirando unos ojos cómplices
y decir con impaciencia
que vivimos a fuerza de palabras,
que su pintura es su palabra
y la palabra del perro es su ladrido;
que hacemos con las palabras
la vida que no tenemos.

Adueñarse también del tiempo
destilando cada segundo vacío
sobre la boca abierta
y llenarlo con tinta y saliva
para no dejarlo pasar.



Indagación

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::A Mamani


¿Por qué
la plutónica mirada
a través de tus párpados cerrados,
el escarnio
de tu sonrisa tiesa,
la indiferencia
de tu cuerpo enclenque
incrustado en el cajón?

Camino
sintiendo el silencio
y miro cómo el azul
destila luces verdes
que invaden el cielo.

Me detengo
ante un charco inmenso
y en su fondo observo
cómo la lluvia
se transforma en lodo;
cómo el canturreo
de negros gusanos
se desborda alegre de
tus cuencas húmedas,
cómo mi llanto
se escurre
en cascada de arena.

Entro
a la deformidad acuosa
y dejo de sentir los pies;
descubro, sin remedio,
que el vacío
no es intangible.




Calenda del desencanto






Deseo saber cómo Dios creó este mundo.
No estoy interesado en este o aquel fenómeno,
en el espectro de este o aquel elemento.
Deseo saber sus pensamientos; el resto son detalles.

Albert Einstein






Buscar la esperanza entre el polvo que se junta bajo la cama, entre pelusas que se pegan en la planta sudorosa de los pies. Buscar una sonrisa en el espejo empañado y sucio de jabón, en ese rostro que por más que se escudriña no se reconoce, o más que no reconocerse, no provoca ninguna emoción.

Emoción espectral, atracción disímbola, malévola, fantasmagórica, irreal.



Encontrar la tranquilidad en un plato lleno de cereal con leche. Respirar profundamente después de tomar la primera cucharada y mirar alrededor, buscando de dónde proviene ese silencio tan punzante. Encontrar la mirada de la soledad en cada pared; sentir miedo de sus ojos de loca, de su boca tan grande que se abre para soltar heladas carcajadas.

Carcajadas estalactitas, campanadas veloces, agujas cristal.



Gatear entre la tierra, deteniéndome de vez en cuando para limpiar mis uñas y desatarme y atarme el cabello. Sentir la humedad bajo mis manos y mis rodillas; adivinar que el centro candente en verdad sólo era ficción. Nunca mirar nada porque no hay nada qué mirar, porque bajo la tierra todo es luz tan blanca que derrite las pupilas al menor parpadeo.
Parpadeo crepuscular, aleteo de mariposa negra: la muerte no me ha dejado más que una casa blanca con miles de escaleras que suben y bajan en todas direcciones y me llevan siempre al mismo lugar.

4 comentarios:

Édgar Omar Avilés dijo...

Iliania, no conocía tu veta poética!!! Me han gustado mucho. Una grata, grata sorpresa la que me acabo de llevar. Un abrazote.

sergio Loo dijo...

hey
què chingòn encontrarte por estos lares. un fuerte abrazo.

Iliana Vargas dijo...

Hey! Me acabo de dar cuenta que ando por aquí! Es una buena sorpresa para mí también... Saludos y abrazos para los dos; y claro, para Rodrigo!

Anónimo dijo...

tremendo placer leerte enorme fuerza y belelza tus poemas
itzela sosa