mencionado por
Eduardo Padilla
Rodrigo Flores
Karen Plata
Menciona a
Gerardo Deniz
José de Jesús Sampedro
Fernando Cornejo Altuzar
Ángel Ortuño
Hugo García Manríquez
Eduardo Padilla
Santiago Matías (ciudad de México, 1976). Realizó estudios formales de Artes Plásticas en la Academia de San Carlos y, en la actualidad, de Letras Hispánicas en la UNAM. En 2006 obtuvo el Premio Nacional de Literatura “Gilberto Owen” y el 1er Premio de la Revista Punto de Partida, ambos en la rama de poesía. Desde 2003 dirige el sello editorial Bonobos.
POÉTICA
P R O L O G A R / pongamos, por ejemplo, un búho o una rana
quizás un retrete
¿qué, no tenemos nada mejor qué hacer?
POEMAS
VII
de espaldas a la cocina la mañana es un deshecho / un ángulo que atenaza y despelleja el aire / aunque parezca cortada, la mano resguarda un polvo adverso / frascos / mordazas / jaula de dientes y rectángulo para el ojo (véase ilustración de la pág. 22): en aquel cuarto el ave se volvió mono / Peter sonríe y su cabeza es un estornudo o el chimpancé engullido entre la hierba de su esfuerzo asmático / ‘Peter, soy el segundo de cinco hijos sin cara / mi padre olía a huella de lobo y yo solía probarme un vestido de mi madre’.
XVIII
cerrado en dónde
el ojo semiarqueado desciende hasta la alfombra
(la escalera es un antecedente)
frente a este esquema
bien podría ver restos de marrón y enrollarme en ellos :
siempre he sentido debilidad por los perros
el vaho de su sangre me sonríe
es como si no pudiera poner un clavo
como si recordara que Ripon es una mancha en el paisaje
acto seguido
el cuarto semeja un Turner
pero qué es un Turner :
en París compré un bello libro sobre enfermedades bucales ilustrado a mano
eso es un Turner
an that´s what really matters
el ojo semiarqueado desciende hasta la alfombra
(la escalera es un antecedente)
frente a este esquema
bien podría ver restos de marrón y enrollarme en ellos :
siempre he sentido debilidad por los perros
el vaho de su sangre me sonríe
es como si no pudiera poner un clavo
como si recordara que Ripon es una mancha en el paisaje
acto seguido
el cuarto semeja un Turner
pero qué es un Turner :
en París compré un bello libro sobre enfermedades bucales ilustrado a mano
eso es un Turner
an that´s what really matters
ENTREVISTA No. 3
(fragmentos)
MA —¿Quizá parezca muy antiguo hoy, quizá envejeció muy pronto? ¿Piensa que su trabajo fue considerado muy moderno en una época y después, de repente, muy superado?
FB —Véalo de este modo: de aquello, de aquel que fui, no queda mucho. En su momento sólo fueron opio y plata vieja. Usted y yo lo sabemos:
el pájaro casi siempre está solo frente al rayo.
MA —¿Cómo es eso?
FB —Pensemos, si le parece bien, en Bartók, en una balanza de pesos negros. Si todo equilibrio proviene de algo, entonces, la fuente de la que bebemos no es sólo agua y piedra, también es partitura, ensamble, cientos de insectos subiendo por la rala tapicería.
MA —¿Podríamos decir, entonces, que usted rechaza toda explicación de su trabajo?
FB —Sí. Las explicaciones como los juicios me parecen innecesarios. En cambio, una tentativa o una posibilidad pueden darnos múltiples señales:
lo opuesto está en la mirada
en los aparejos del cuerpo por donde la luz asoma
a fuerza de pensar en esto
he podido formarme una imagen
es de noche y hay un cadalso
Muriel Belcher sostiene firmemente mi cabeza
sobre el piso a la izquierda
puedo ver una bandeja
dentro están los diecisiete ojos de mi madre
MA —Por otro lado, si entiendo bien, ¿para usted el gran referente sigue siendo Shakespeare?
FB —En cierta manera, a la semejanza de las palabras se interpone (disminuido) un silencio. En Balzac, por ejemplo, eso que allí silba son monedas, digamos un MODO de extraer la verdad. Lejos de todo eso, aún la palidez del gusano nos transcribe.
MA —¿Y ya que hablamos de influencias, cuáles son las pinturas que más influyeron en el joven F. B.?
FB —Picasso me impresionó enormemente. Su capacidad de NORTE y archipiélago nos deslumbraba. Puede que fueran espejismos, algo como un sonido de roedores detrás de las puertas, pero, acaso, ¿no preferimos un leve hallazgo que lo que apenas sospechamos? ¿Un pardo decorado que el descampado de las colinas?
En los rostros que él pintaba
el sometimiento de la luz mentía.
MA —¿Y P. Morrisey?
FB — Un perpetuante, sencillamente un irreductible.
Lo conocí en casa de la princesa Radziwill, en Nueva York. Después de presentarnos, lo primero que hizo fue sacarse la camisa y mostrarme el torso. Salvo las magulladuras que le cubrían gran parte del pecho, el color de su carne era de un blanco tan intenso que sentí nauseas, pero también irrefrenables ganas de tocarlo. Hasta ahí llegó nuestro encuentro. Una semana después, recibí en mi estudio un paquete de fotografías. En todas aparecía Morrisey sodomizando a un perro.
XII
ésta que ven no es Londres
esta silla de ruedas en la que me muevo es el Támesis
ésta que leen no es mi escritura
definitivamente no es mi escritura
es un dibujo que traje de Osaka
y en él
la sombra del hartazgo
es otra rutina sobre mis huesos
esta silla de ruedas en la que me muevo es el Támesis
ésta que leen no es mi escritura
definitivamente no es mi escritura
es un dibujo que traje de Osaka
y en él
la sombra del hartazgo
es otra rutina sobre mis huesos
8 comentarios:
Hola Santiago, por fin corregì la entrevista no. 3 y la foto al final, gracias por envira tu material a las elecciones. saludos
Hola Santiago!
Gran placer leer tus poemas.
Un saludo desde Tijuana,
Amaranta
hola santiago , bastante bueno ya leí tus poemas
un saludo
ixchel
Ya te lo habìa dicho pero lo escribo para que quede constatado.
Felicidades por la beca del FONCA. un abrazo.
Sergio Loo
poeta de verdad...
nos encontramos
mucho placer leeros
aqui
el ultimo de los chingados...
ajajaja
estamos en contacto desde mi casa(que es tu casa)
Santiago!
!ya tienes casa en df!
¿Cuàndo me invitas a tu casa? ¿Cuàndo hacemos fiesta en tu casa que es la de victor cabrera?
genial!
hola Santiago (o Matías, ¿cómo prefieres?)
me pudieron mucho tus poemas. Mucha garra. Quisiera ponerme en contacto con vos. Preparo un proyecto que involucra artes visuales y poesía. ¿A dónde te escribo?
Jimena Lerner
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