04 septiembre 2007

Fernando Fernández














mencionado por
Rodrigo Castillo

menciona a
Juan Almela
David Huerta
Juan Carlos Bautista
Luis Vicente de Aguinaga
Julio Trujillo
Julio Hubard
Eduardo Casar


bio-bibliobliografía


FF nació el 12 de junio de 1964. Estudió letras hispánicas en la UNAM, donde se especializó en poesía mexicana contemporánea. Obtuvo el grado de licenciado con la tesis El gozo del ciempiés, estudio de los primeros cinco libros de Gerardo Deniz. Ha sido fundador y director de las revistas Alejandría, Milenio y Viceversa. Tuvo la Beca Salvador Novo y fue becario del Centro Mexicano de Escritores. Ha escrito crítica de poesía y ha publicado las colecciones de poemas El ciclismo y los clásicos (Cuadernos de Malinalco, 1990); Ora la pluma (El Tucán de Virginia, 1999), y actualmente Palinodia del rojo (Aldus, 2010). Vivió cinco años en España, donde investigó la emigración de asturianos a México. Actualmente conduce el programa de radio "Carrusel de libros" por Horizonte.


poética

Vide infra.


poemas


Cuenta la extraña transformación de su gata Isolda


Ayer fue liebre, mas hoy quién lo diría
si la mira lamiéndose de pronto
agora el pecho con aguda lengua, agora la pata delantera
y más allá la cola.

Oyó el fusil alimañero de un astuto solapado en la espesura
y, cundida de mieditis, puso pies en polvorosa,
y trepando acá una cumbre o bajando allí un declive
(no llegó a la luna por falta de escalera),
si no en laurel —como a la ninfa—, el susto la trocó de cuy en micha,
de silvestre en doméstica criatura.

El cambio la hermoseó, le devolvió la proporción perdida
de vivir acechando entre las fieras.
Mudó la dentición
(canjeó los incisivos por caninos),
se le achinó la mira y se le puso más donosa
y de largas —que mucho es el cuidado
donde el escollo es mucho—
en cortas se mutaron sus orejas, y en más acomodadas,
y hasta en el habla misma le crecieron
por mor de gongorismo unas espinas.

Por tan nimia razón —¡un sobresalto!—
y en tales condiciones,
¿habráse visto semejante trueque?
Que más parece cosa de invención, y figurada,
y asumpto de otro Ovidio.

de El Ciclismo y los clásicos, 1990


Silencio


Nunca dijo nada Aminta de los complicados tegumentos de su vida íntima.
Y como yo deseara una posible coincidencia
—con suerte, un par de noches—,
se lo dije,
::::::::::::::y sentí
su primer entusiasmo, y un ahogo
después, y luego la escuché como turbada
en el teléfono.
::::::::::::::::::::::::"Hay algo que debo decirte."

Mas luego nunca dijo nada Aminta de los complicados tegumentos de su vida íntima.

De Ora la pluma, 1999



Sala de espera


Uno, sí, la estoy viendo
de cuando en cuando, y después vuelvo a verla,
la espío y oteo
::::::::::::::::::::y quedo en vilo
y más tarde la miro todavía, y sí, es verdad,
finjo cierta demencia tras los lentes
aun cuando la mire fijamente
y hasta usted se dé cuenta.

Y sin embargo, dos, no se ve nada,
cosa que usted que debe haberse visto
cientos de veces
bien que debe saber, nada de nada,
ni un amago siquiera de tirante
por más que esté pendiente que nada se le asome
y una y otra vez, y luego una vez más,
se componga el escote.

Pero la culpa, tres,
es sólo suya,
de usted sentada frente a mí en esta sala de espera
que al tiempo que conversa por teléfono
con tres dedos precisos y nerviosa insistencia
se retoca insegura usted consigo
sopesando sus dos pechos opimos
pudorosa y quizás algo coqueta.

Es por esa razón que, cuatro, espío y asomo
y oteo e insisto
:::::::::::::::::::::y quedo en vilo
aunque finja demencia tras los lentes,
fascinado de ver cómo remueve, y hace pender,
y agita, racimo tal de frutos semejantes,
manifiestos al aire aunque escondidos,
apegados a usted pero volantes.


Revista de la Universidad, número 39, mayo de 2007

7 comentarios:

o dijo...

Mire ustéd nada más, quién lo dijera
Saludos norteños

Anónimo dijo...

Que buena idea! me gusta mucho como escribes.C

Anónimo dijo...

Me estuve acordando de tu poema de la Paloma.
Me pareció muy bueno. Semejante en el tono al último que pones aquí.
Estoy haciendo un ensayito, me lo podrías mandar, no tengo tu dirección. Cómo ves?

Saludos
Alí Calderón. (alicalderonf@hotmail.com)

Anónimo dijo...

Hola Fernando, soy Pancho, estoy esparando leer aquel libro que empezaste en oviedo. Ya esta?. Mándame algo. nupanchonua@hotmail.com Un tremendo abrazo, nuvillo.

Anónimo dijo...

Pero qué cosa, aquí se agolpan los advenedizos, quién lo diría mi Fer, que después de tan fino silencio, desde su escritorio le lluevan los aplausos. Por fortuna tu ojo de acontista detecta a los malandros. Saludos.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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